San Lorenzo 1 - Racing 0

San Lorenzo volvió a jugar mal y a empatar. Esta vez zafó porque lo hizo ante uno de los peores equipos del torneo, Racing. El juego brilla por su ausencia y a pesar de la actitud, el Ciclón se aleja de los puestos de vanguardia.

Impreciso, confundido y sin ideas. El equipo de Diego Simeone, en los primeros veinte minutos, no logró ponerse a tono con el entorno del clásico, por cierto colorido por el marco que le dio el público del Ciclón. En el verde césped poco y nada mostraban San Lorenzo y Racing.

La primera situación clara para el local fue a los 26. Leandro Romagnoli capturó un rebote dentro del área y sacó un fuerte remate esquinado, que brillantemente tapó el arquero De Olivera al corner. Mientras tanto Racing apostaba a los contragolpes y a alguna que otra falla que podía relucir San Lorenzo.

Además de aburrido, el encuentro era tranquilo, salvo para Aureliano Torres. El paraguayo recibió la tarjeta amarilla por una infracción. A pesar de esta determinación de Beligoy, el lateral no corrigió su juego y se mostró nervioso e impotente ante algunas intervenciones ofensivas de Racing. Y lo que se presumía ocurrió: a los 34 minutos Aureliano vio la roja por otra dura patada. El Ciclón quedaba con diez innecesariamente.

El Cholo, que no pudo calmar las reacciones del paraguayo, rearmó la línea de cuatro con el juvenil Gonzalo Bazán, que ingresó por Cristian Leiva, de buena actuación. Por su parte, el DT visitante también movía el banco: Castroman por Fariña a los 44 minutos. El primer tiempo concluyó con más preocupaciones que certezas.

San Lorenzo salió el segundo tiempo igual, sin poder doblegar a un pobre Racing. Romagnoli, falto de ritmo, no pudo hacerse eje del equipo. Menseguez siguió solo por la banda derecha, y las pocas veces que pudo desbordar no tenía a nadie dentro del área para conectar con algún paso o centro. A los 10 minutos, Simeone cambió a Bordagaray, dándole la oportunidad al Papu Gómez.

La Academia, por su parte, no encontraba la manera de hacer valer su hombre de más. Un minuto más tarde del segundo cambio azulgrana, Ramírez entró por Lugüercio, buscando más peso ofensivo con el fin de inquietar la tranquila tarde de Pablo Migliore. Mientras tantos los minutos corrían como segundos y San Lorenzo seguía sin rumbo al arco de De Olivera.

A quince del final, Menseguez, del otro lado de su banda, enganchó dentro del área y sacó un disparo bajo que otra vez el Uno racinguista mandó al corner. En jugadas aisladas, fuera de contexto, el Ciclón podía soplar. Ya no había tiempo para mejorar el juego. Un triunfo sería sólo fruto de una individualidad, acción fortuita o una bendita pelota parada.

A pesar de la actitud, cosa que vale reconocerle a este equipo, como hoy la tuvieron Rivero y Aguirre por ejemplo, San Lorenzo tiene un rival que es justamente el propio San Lorenzo. Todavía no se sabe si Romagnoli es el nexo del medio y la delantera o un mediapunta como dice el Cholo, tampoco nadie puede responder a qué juega este equipo. Ni Simeone debe saber responder a esto, que por cierto queda demostrado por cómo responden sus jugadores futbolísticamente dentro del campo de juego.

Hoy el Ciclón zafó porque enfrente estuvo uno de los peores equipos del campeonato, como lo es Racing. Un conjunto con un poco de trabajo, hoy se hubiese hecho un picnic con San Lorenzo. La Academia no supo tampoco ver las falencias del local y se llevó un punto que terminó siendo justo.